ECOCIDIO EN LA CANDELARIA

¿A quién le molesta este venerable árbol?

Está ubicado en la Esquina Razetti en La Candelaria, acá en Caracas. Hasta hace muy poco tiempo era verde, imponente, sano, fuerte... un prodigio de la naturaleza.

Hoy está muriendo, su follaje está de color marrón, apenas tiene una ramita verde, la corteza de su tronco luce enferma...

Lo conozco desde hace casi veinte años y siempre estuvo verde y saludable. En esa esquina había antes un estacionamiento y ese venerable árbol estaba por detrás de la pared de ese estacionamiento. Cuando construyeron el edificio que allí luce, le mutilaron una de sus ramas, pero sobrevivió a ese duro golpe y siguió vivo y verde, muy verde... imponente y hermoso.

Hoy ese edificio tiene residentes, me han dicho que vendieron todos los apartamentos y los nuevos residentes de esa esquina están felices con sus apartamentos nuevos. Están tan felices que ni siquiera miran al árbol.

Es muy triste ver como se muere un gigante. Es muy triste porque presumo que no muere de muerte natural, presumo que una mente retorcida lo condenó a muerte. Presumo que una mano asesina lo hirió en su corazón... y el venerable árbol de la Esquina La Razetti está muriendo.

Quisiera vivir en un país donde este tipo de crimen no pase en silencio y sea castigado con severidad, pero ese país no está en La Candelaria; ese país ya no es Venezuela... ésta se ha convertido en una tierra de salvajes.

¿A quién le interesa que ese árbol muera, quién lo condenó a muerte?

UNA LARGA CALLE: la vida

Una larga calle, árboles...
un parque.

Estoy allí para acompañarte.
El sol calienta la ventana eterna...
pasa el tiempo.
Y es otro el encuentro
cabello blanco, experiencia, serenidad.

Estoy allí para acompañarte.

Y es otro el encuentro:
hijos, seguridad, afectos sublimes,
otra ventana, un tren que despierta
la nueva casa.

Estoy allí para acompañarte,
estoy aquí y me acompañas:
fuerza, hijos, seguridad, afectos sublimes.

Una larga calle y estoy aquí.