HAY MUCHO SILENCIO EN LA CALLE...

Hay un silencio triste en mi calle. 

Cuando vine a vivir aquí, era notorio el movimiento comercial nocturno de mi calle. Los restaurantes permanecían abiertos hasta tarde, había bastante gente casi todas las noches, hasta había más luz pública.

Hoy causa pesadumbre el silencio que hay en mi calle. 

Casi todos los restaurantes cierran temprano, no hay vehículos estacionados y los pocos transeúntes que circulan lo hacen muy rápido. 

Hasta la luz pública es escasa, desde hace unos cuantos días un sector de mi calle está a oscuras, y es peligroso circular por allí.

Hay un silencio triste en mi calle: es el silencio de la enorme crisis económica y de la inseguridad que padecemos los venezolanos.

Vivimos encerrados desde temprano, hasta los muchachos limitan sus salidas nocturnas. 

Parecemos pajaritos... en cuanto anochece nos retiramos a nuestras "jaulas" a pasar la noche, buscamos refugio en nuestros nidos, "cada pájaro pa su nido", he dicho.

Hay mucho silencio en la calle...