Yolanda Fernández Dice

sábado, octubre 14, 2006

¡QUÉ LENTEJA!

¡QUÉ LENTEJA!


Por: Yolanda Fernández G.


Ayer estuve en una oficina pública tramitando un documento. Llegué bastante temprano y después de comprar la planilla que se requería, me incorporé a una inmensa fila de personas que estaban en lo mismo que yo. Unos puestos delante de mí vi a un compañero de trabajo, me acerqué y después de saludarlo nos quedamos juntos en aquella inmensa fila.
Las horas fueron pasando y no llegaba nuestro turno. Leímos, charlamos mucho…volvimos a nuestros textos, hablamos y gastamos toda la mañana y nuestro precioso tiempo en aquella inmensa e inútil cola.
Un poco después del mediodía, el público estaba tan agotado que hubo gritos y protestas pidiendo que se aceleraran los procedimientos para la obtención del documento. En ese momento, le oí exclamar de modo iracundo a un joven que allí estaba: ¡Qué lenteja!
Mi comentario de hoy va sobre esa expresión. Realmente, ya la conocía pero con un sentido algo distinto. En Caracas he oído que los jóvenes estudiantes se refieren al compañero menos aventajado como “el lenteja”, “eres un lenteja”, “no seas lenteja, chamo”, suelen decir, especialmente si el aludido tiene dificultades para comprender lo que el profesor explica. En las clases de matemática, física y química algunos muchachos son “lentejas”, desafortunadamente.
Sin embargo, no había oído la expresión ¡qué lenteja! usada como recurso para calificar una situación. Verdaderamente, se puede usar y es perfecta porque “que lenteja es obtener en estos días el Registro de Información Fiscal en las oficinas del SENIAT en Caracas”. Mi compañero de tiempo perdido y yo salimos de aquella oficina a la 1:40 p.m. (13:40), estrujados, cansados y convencidos de la ineficiencia gubernamental. ¡Qué lenteja fue todo aquello!



NOTA APARTE

Planilla y cola…

En Venezuela llamamos planilla al impreso en el cual colocamos datos para entregar información, ese significado es común en casi toda Latinoamérica, sin embargo, tengo entendido que en México una planilla también es el boleto o billete usado para viajar y la lista de candidatos en una elección. En Venezuela la lista de candidatos que ofrece un partido para una elección se denomina plancha, es decir, en una plancha van todos los candidatos sin distinguir sus cualidades. He oído la expresión ¡qué plancha! Para referirse a algo que sale mal… “¡Qué plancha, me reprobaron el examen!”… ¿habrá alguna relación entre la plancha de las elecciones y lo que nos sale mal? ... no lo sé…
Con respecto a la palabra billete, para nosotros un billete es el papel moneda, y si alguien tiene dinero suele decirse coloquialmente que tiene billullo. Cuando vamos a viajar en autobús o avión, nunca compramos un billete porque con nuestros billetes compramos un pasaje.
Por otra parte, una cola en Venezuela es la fila de personas que esperan ante algún lugar, ese es el significado más general y se han hecho muy frecuentes últimamente estas colas en mi tierra.
También se designa con ese nombre al objeto elástico con el que las muchachas se recogen o sujetan el cabello. Cuando no tenemos carro/vehículo le pedimos a quien sí lo tiene que nos dé la cola… “dame la cola hasta Plaza Venezuela”. Igualmente, nuestros animales no tienen cola, lo usual es que tengan rabo… pero, ¿cómo lo dices tú? ¿cómo lo dicen en tu tierra? Si quieres, me lo cuentas y será un placer compartir, conocer cómo usamos esta maravillosa lengua que nos une a pesar de los matices que pudieran separarnos.

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