La frase que identifica este post la tomé prestada del repertorio de un gran señor: Oswaldo Aiffil, dueño, administrador, alma y corazón de un blog maravilloso donde siempre encuentro un rincón suavecito para relajarme y reflexionar.
No sé como llegué a ese blog, no recuerdo como abrí esa puerta mágica a un lugar mágico. En su blog leí un día que "la vida no trae manual" y esa frase me hizo reflexionar, pensé en esa verdad enorme y me quedé con la frase: LA VIDA NO TRAE MANUAL.
No recuerdo cómo llegué al blog, pero sí recuerdo cómo llegué a la Persona, al SEÑOR que vive en ese blog.
Casualidad, hilos que se cruzan, coincidencia... iba caminando sola por una calle de esta ciudad, muy cerca de mi lugar de trabajo, cuando vi de frente a un señor demasiado familiar..."yo lo conozco, yo lo conozco, yo lo conozco, yo lo conozco" pensé y mi mente se aclaró cuando ese SEÑOR me dijo hola. "Claro que te conozco, tú eres Oswaldo el del blog"... y ese encuentro casual se convirtió en un saludo muy afectuoso lleno de cariño, en una necesidad de conversar y compartir, en una necesidad de conocer más a la persona que vive en el blog Así pienso, ¿tú qué dices?
Y la persona es idéntica al blog, tan idéntico a sí mismo, tan familiar y tan amigable que estoy feliz porque he descubierto un gran tesoro: equilibrado, franco, suave, sabio, sencillo... que me inspiró mucha confianza ... y creo que no me equivoco.
Oswaldo, deseo que la vida te colme siempre de muchas bendiciones.
En esta casa te queremos mucho.
