Yolanda Fernández Dice

viernes, enero 26, 2007

ADIÓS, ALCIRA

La noticia llegó como un puñal traicionero:
"A la tía Alcira la atropelló un carro en la Avenida Bolívar y acaba de morir"

Y el nudo en la garganta se hizo realidad nuevamente,
se me puso chiquito el corazón.

Ya no tenemos ojos para llorarla... se nos fue Alcira.

Ella era suavecita como los recuerdos buenos,
nunca la vi disgustada... ella era suavecita.

Allá la dejamos, en el Cementerio Parque Metropolitano... en el Oriente.

Se nos fue Alcira...
Se nos fue Alcira y ya no tenemos ojos para llorarla.
Se nos fue...

viernes, enero 12, 2007

LAS CASAS Y LAS COSAS

¿Has estado en una casa del campo venezolano? ¿has visto las "cosas" de las casas del campo venezolano? ¿has visto sus muebles, sus ollas y sus platos?
Te quiero mostrar algunas casas... son las casas de la gente que menos tiene, de aquellos que sólo tienen esperanza y costumbre.
Esperanza de poder comer al día siguiente y costumbre de no tener nada

Estas casas están en el Estado Anzoátegui, en mi Venezuela querida. Son casas hechas con pedazos de miseria. Son muchas y se repiten en todo el territorio...



Gobiernos van, gobiernos vienen, gobiernos vuelven, gobiernos se repiten y se vuelven a repetir, y estas casas siguen naciendo, se reproducen, crecen como la yerba en invierno.
Y la gente se conforma con seguir en la perpetua miseria... en sus casas con la costumbre de no tener nada.

Se conforman con la promesa del bienestar que no llega nunca... el bienestar que sólo le llega a algunos que son la selecta minoría... la selecta minoría. Aquellos que hacen las promesas, manejan los papeles y el poder, y viven en otro tipo de casas... la selecta minoría...

Pero los que no son la "selecta minoría", aquellos que sólo tienen la esperanza de comer al día siguiente y la costumbre de no tener nada, esos viven perdidos en casas como estas creyendo las promesas de la selecta minoría... creyendo promesas que no se concretan... creyendo en las promesas de la selecta minoría... años, años, años, años, años, años, años,años...y las promesas no se concretan.
¿Seguirán creyendo?... con su esperanza y costumbre de no tener nada... ¿seguirán creyendo?

sábado, enero 06, 2007

AQUÍ ESTOY NUEVAMENTE...

Aquí estoy nuevamente, limpia en los bolsillos y en el corazón...


Me escapé de Caracas, la de las calles sucias, la abandonada, la malquerida... Me escapé de Caracas por unos días y me traje en el corazón el azul de este pedacito oriental, ese azul y ese monte, ese brillo de día limpio, de naturaleza limpia.
En algún lugar cercano a este monte le dije adiós al 2006 y le di la bienvenida al 2007, llena de esperanza por un futuro mejor para ti, para mí, para todos.
No supe nada de Saddam, ni de la brutal ETA, ni de la Caracas sucia...nada de Internet, nada de los cochinos políticos ni de las cuentas por pagar, nada de la montaña de trabajo pendiente que me espera acuchillándome la tranquilidad, nada de los problemas que hoy comienzan a hacerme muecas llamando a mi puerta... nada de nada, sólo naturaleza, árboles, agua, sol y aire más puro.

Comí como loca, como preparándome para no comer en un año. Sin rubor lo digo: comí como loca... no perdoné el pan de jamón casero, cocido en horno de leña, no perdoné los platos que preparó mamá, esa sazón me hacía tanta falta... comí como loca.
Dormí completo, me "enchinchorré", me colgué en mi hamaca favorita y dormí las siestas más largas de mi vida. Esas fotos no puedo mostrarlas porque... qué dirán mis amigos, colegas y alumnos... me colgué en mi hamaca favorita y dormí como un oso en invierno... nula para la acción, nula para el pensamiento productivo...
Después de estos días pasados "en un lugar del monte cuyo nombre no les voy a decir", hoy quiero sentirme más fuerte que este árbol... fuerte para lo que viene, para sobrellevar los golpes de la vida. "Golpes como del odio de Dios", decía Vallejo. Espero tener la fortaleza necesaria para continuar firme en lo que creo y trabajando por lo que espero...por ti, por mí, por todos...
Hoy quiero sentirme más abundante que ésta... abundante para los afectos, para la entrega sin egoísmo. Abundante para sembrar esperanzas, para impulsar el desarrollo, para brillar aunque todo se apague. Abundante para tener mucho de lo que quiero compartir porque cuanto más comparto más tengo.

Para todos mis lectores y lectoras, queridos todos, un renovado saludo lleno de esperanza porque el futuro nos depare SALUD, PROSPERIDAD Y DESARROLLO.